Hola. Espero que esté todo bien ahí donde y con quien te encuentres. Vaya torrente informativo el de estos días ¿no?
Comentaba con un amigo lo fuerte que fue ver a un comediante que es presidente de Ucrania, a un empresario inmobiliario que dirige por segunda vez a la primera potencia mundial y a un discípulo de Silicon Valley que despacha desde la vicepresidencia estadounidense, discutir sobre la guerra como quien hace negocios.
Con tantos problemas tan urgentes -como la paz o la estabilidad económica globales- me preguntaba ¿por qué te va a interesar la prohibición de los celulares en las escuelas de educación básica de uno de los 32 estados que conforman México?
Puede que digas “una noticia local y ya está”. Pero pensándolo bien, creo que sí es relevante, sobre todo si tomas en cuenta que -como escribí aquí- fue la élite de Silicon Valley quien colocó al vicepresidente de Estados Unidos en el puesto que hoy ocupa.
Y también si consideras que ese reducido grupo de tecnomillonarios controla las redes sociales. Dicho de otra forma: son ellos quienes, con sus poderosos algoritmos y técnicas conductuales, filtran lo que llega a tu feed.
[Curioso que ese flujo infinito de contenidos se llame feed, que en español significa literalmente alimentar, pero pocas veces equivale a nutrirse].
I wake up in the morning,
First thing I do is look at a screen,
Wanna live freely, why isn't it so easy?
I should read a book, but I keep watching this TV,
(…)
We live on social media, read other people's thoughts…
Esto es ⚡La Pausa Necesaria
En la entrega pasada te pregunté si considerabas que todo va muy rápido en estos días de hiperproductividad. Diez personas se animaron a votar [venga, participen], aquí los resultados:
8: Sí, hay crisis de concentración 😖
1: No, la vida es un riesgo 🏃
1: Así se siente hacerse mayor 👴
😰 La generación ansiosa
Ya te adelantaba un poco. Desde el 20 de febrero Querétaro es el primero de los 32 estados de México que decide prohibir los celulares en escuelas públicas y privadas de educación básica y media superior, es decir, primaria, secundaria y bachillerato.
El gobernador de Querétaro explicó que la decisión de tener escuelas libres de celulares se tomó a causa de la “epidemia de aislamiento, ansiedad, insomnio, depresión en nuestras niñas, niños y adolescentes”. No aportó datos, es verdad, pero algo así ya había escuchado antes.
“Las redes sociales deben ser para mayores de 14 años con permiso de los padres de familia y vedadas para niñas y niños. Quiero que nuestros niños cambien la pantalla por sus amigos”, agregó el funcionario en una publicación en su X-Twitter, donde también anunció que propuso una iniciativa en el Senado de la República para que se haga lo mismo en todo el país.
La noticia me tomó leyendo un libro que considero lectura obligada para todos quienes queremos tener una relación más sana con el ecosistema digital, pero más para quienes tienen hijos adolescentes: La generación ansiosa, de Jonathan Haidt.
Capaz que el gobernador también lo leyó, comparando su mensaje de X-Twitter con el subtítulo del libro: “Por qué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes”.
Imposible que pueda resumir aquí todos los puntos interesantes y evidencias que encuentra el autor respecto a por qué el uso excesivo de pantallas y redes sociales afecta la salud mental de todos, pero particularmente de los más jóvenes [su estudio se centra en la Generación Z], pero dejo algunas ideas importantes que dan qué pensar:
La generación Z -y otras más jóvenes- crecieron con una infancia basada en las pantallas [refiriéndose a celulares, tabletas, computadoras, videojuegos…], a diferencia de los milenials que todavía conocieron la infancia basada en el juego libre [y ni qué decir de las generaciones anteriores]. Es decir, las pantallas habrían eclipsado parte de las experiencias que ofrecen la calle y la escuela.
El autor explica que esto ocurrió por dos razones: una sobreprotección en el mundo real, y una excesiva libertad en el mundo virtual, siendo que hoy en día -esto varía de un lugar a otro, claramente- las amenazas abundan más en el mundo digital que en el análogo.
Esta gran reconfiguración de la infancia habría ocurrido mayoritariamente entre 2010 y 2015, en coincidencia con el auge de los primeros iPhone, la cámara frontal de los celulares [selfies que dieron paso a influencers y el resto es historia], el ascenso de Facebook y su compra de Instagram, entre otros muchos factores.
Extrañamente, en ese mismo periodo incrementaron las tasas de ansiedad y depresión de los adolescentes en todo el mundo, principalmente derivado de la comparación social. Y es que claro, entre más amplio sea el radio de personas con las que puedes compararte, más profundo será el golpe en la autoestima. Todo puede saber a poco.
Haidt explica que los niños nacen con dos programas de aprendizaje innato: el sesgo de conformidad, que les motiva a imitar lo que parezca ser lo más común, y el sesgo de prestigio, que les motiva a imitar a quien parezca el ser más prestigioso. “Las redes sociales, diseñadas para el engagement, interceptan el aprendizaje social y ahogan la cultura de la familia de cada persona y su comunidad [escuela, por ejemplo], mientras que fija la mirada de los niños en influencers de dudoso valor”.
Como la sobreprotección, el smartphone es un inhibidor de experiencias. “Una vez que entran en la vida del niño, expulsan o reducen todas las demás formas de experiencias no basadas en el teléfono”. La cosa se empieza a poner caótica y la niña, niño o adolescente empieza a tener un consumo más adictivo y vienen los problemas de salud mental.
La omnipresencia de los teléfonos en la vida de los niños y adolescentes [y yo diría casi que en la vida de cualquier persona de cualquier edad], conlleva cuatro principales perjuicios: privación social, falta de sueño, fragmentación de la atención y adicción. En términos generales: merma la salud mental y las funciones cognitivas.
A mayor consumo de contenidos basura, menos:
Atención [capacidad para concentrarnos en estímulos específicos].
Memoria [habilidad para almacenar y recuperar información].
Lenguaje [comprensión y expresión verbal y escrita].
Percepción [interpretación de la información sensorial].
Razonamiento y resolución de problemas [capacidad para analizar situaciones y tomar decisiones].
Funciones ejecutivas [planificación, organización y autocontrol].
👩⚖️ NY vs. las redes sociales
La decisión del gobierno de Querétaro me recordó que hace poquito más de un año el gobierno de la ciudad de Nueva York demandó a Facebook, Instagram, Snapchat, TikTok y YouTube porque considera que “alimentan la crisis de salud mental joven a nivel nacional”.
Revisé parte de la demanda [aquí puedes consultarla directamente] para conocer qué es exactamente lo que Nueva York reclama a algunas de las empresas más importantes y mejor valuados del mundo, que prácticamente tejen la conversación pública.
Son más de 300 páginas, pero dejo 5 puntos que me llamaron la atención:
Las redes sociales están diseñadas para maximizar el uso compulsivo, particularmente entre niños y adolescentes. Para ello activan los mismos circuitos cerebrales que el juego las drogas recreativas.
Abro un paréntesis: ¿Has notado que scrollear en redes sociales es literalmente igual que tirar de la palanca en las viejas máquinas tragamonedas de Las Vegas? Ni las máquinas ni las redes están diseñadas para que ganemos o encontremos algo estimulante siempre. Sí, de vez en cuando nos dan algún premio, pero más bien están diseñadas para que juguemos, o scrolleemos el mayor tiempo posible.
Los niños son los usuarios más vulnerables y tienen más tiempo libre que los adultos, lo que los hace un mercado más rentable. No existe una “mayoría de edad” para navegar en redes sociales y las plataformas no verifican el mínimo de edad [que en Estados Unidos es de 13 años], lo que permite que menores creen perfiles sin restricciones.
Durante la adolescencia, el cerebro aún está en desarrollo, especialmente la corteza prefrontal, encargada del control de impulsos y la toma de decisiones. Esto hace que los jóvenes sean más sensibles a la validación social, ya que su identidad todavía se está formando y dependen en gran medida del reconocimiento de sus pares. Además, entre los 10 y 12 años, el cerebro multiplica sus receptores de dopamina, lo que hace que recibir un like se sienta especialmente gratificante. La exposición constante a estos estímulos puede generar tolerancia, llevando a los adolescentes a necesitar cada vez más interacciones digitales para experimentar la misma satisfacción, derivando en uso compulsivo de las redes sociales.
El experto Adam Alter advierte que las redes sociales liberan dopamina de manera similar al alcohol o las drogas, reforzando su uso repetitivo. Con el tiempo, el cerebro asocia los likes con placer, y su ausencia puede provocar ansiedad, irritabilidad o depresión. Los jóvenes, con menor control de impulsos, son especialmente vulnerables a esta dependencia.
Las redes sociales han llevado la comparación social a un nivel extremo, amplificada por filtros y algoritmos que refuerzan estándares de belleza inalcanzables para la mayoría. Esta exposición constante afecta especialmente a las adolescentes, reduciendo su autoestima y aumentando la insatisfacción corporal, los trastornos alimentarios y la depresión. Al comparar su “yo real” con el “yo ideal” de las redes, muchas jóvenes experimentan angustia emocional y rechazo a su propia imagen, atrapadas en un ciclo que las plataformas aprovechan para maximizar la participación. Además, está el FOMO.
El uso excesivo de las redes sociales en adolescentes se ha vinculado con un mayor riesgo de desarrollar síntomas de TDAH, ya que generan distracciones constantes que afectan la atención, la memoria y el control de impulsos. Además, la multitarea digital reduce la capacidad de aprendizaje, fomenta la procrastinación y deteriora la calidad del sueño, lo que aumenta el estrés escolar.
Y no ha sido un tema solo en Nueva York o Querétaro. Según la UNESCO, a finales de 2023, 60 sistemas educativos del mundo habían prohibido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas en sus leyes o políticas. A finales de 2024, ya eran 79.
Y mira este gráfico, llama la atención que sean los asiáticos, a quienes desde este lado del mundo consideramos los más tecnológicos, quienes más prohíben los celulares en las escuelas.

😴 Que el celular haga la tarea
Si 79 países del mundo han regulado o de plano limitado la presencia de celulares en las aulas ¿algo debe estar pasando no?
De acuerdo con una encuesta que dio a conocer el Pew Research Center en junio del año pasado, el 72% de los maestros de secundaria de Estados Unidos dicen que la distracción del teléfono celular es un problema importante en el aula.
Para intentar saber cómo se vive la omnipresencia de los celulares en los salones de clases, consulté a profesoras de educación básica de la Ciudad de México*. Aquí lo que me dijeron:
“Los celulares son algo muy normalizado para ellos y saben que ahí van a encontrar cualquier información. Les cuesta trabajo entender la vida sin ese aparato. Si un uso bien guiado, pueden volverse flojos, porque al tener toda la información disponible, ya no quieren pensar ni se esfuerzan en resolver problemas por ellos mismos. Vemos que este uso excesivo está retrasando el desarrollo del lenguaje como el proceso de lectoescritura. Es normal que haya niños a los que se les dificulta escribir o hablar bien, pero estamos percibiendo que cada vez hay más casos. Llegan a primaria sin tener consolidada la escritura y con problemas de lenguaje. No hay un estudio que nos diga que son los celulares, pero creemos que sí es una posibilidad”.
Profesora de primaria.
Los celulares me parecen una buena herramienta, por el ahorro de tiempo para ciertas tareas, pero en ocasiones las respuestas son sesgadas o incompletas, los alumnos no analizan la información, solo copian y pegan. En ocasiones tampoco proporcionan la bibliografía exacta. Considero que una desventaja en mi materia es que ya no buscan bibliografía científica porque les da flojera leer.
Profesora de educación para la salud, temas selectos de morfología y fisiología
Con el auge de ChatGPT, los alumnos no realizan una investigación en páginas que les puedan dar una respuesta sobre una base científica. Por ejemplo, en clase estábamos viendo temas sobre discriminación. El libro de texto pedía dar un ejemplo de discriminación hacia una persona por sus hábitos alimenticios, y al instante más de uno ya estaban abriendo ChatGPT para obtener la respuesta. Ya no quieren pensar o aterrizar un tema, sino que ChatGPT les dé la respuesta y ni siquiera la leen.
Profesora de sexto grado de primaria.
El celular en el aula puede tener ventajas y desventajas, los alumnos tienen un apoyo extra en caso de no haber entendido un tema o tarea. Pero por el otro lado, les facilita demasiado el trabajo y los niños deben aprender cómo investigar por si solos, a leer más y utilizar otro recursos como los libros, investigaciones profesionales en línea, etcétera. El objetivo es utilizar todos los recursos posibles para sacar adelante el trabajo, pero tampoco aprovecharse de eso. Yo les he comentado a los alumnos que puedo notar la diferencia de cuando sus respuestas son totalmente de ChatGPT y cuando son verdaderamente suyas”.
Profesora de inglés de sexto grado de primaria.
*Las personas consultadas pidieron no compartir datos que las hicieran identificables para evitar posibles problemas.
🧠 Algo interesante para estos días
📰 Animal Político: Aprender en modo avión: entre la distracción y el aprendizaje.
📱El Mercurio: Leer en papel y escribir a mano generan más actividad cerebral y aprendizajes significativos.
Hasta aquí llegamos. Nos vemos en la siguiente ⏸️
AQUÍ puedes aportar a este proyecto con un libro o un café, hacerlo, es muy sencillo. Te estaré muy agradecido.
🗣️ Corre la voz
La pandemia debió sumergir más a los niños en el mundo digital, porque además de que el mundo real se limitó más, los padres seguramente abusaron de los dispositivos electrónicos para mantenerlos ocupados.
En ese sentido creo que es bueno que se estén tomando estas medidas ahora, pues jóvenes de la Generación Z que ya están más normalizados en esas dinámicas ya tienen hijos en edad de verse afectados, y todo pareciera encaminado a un "Nosedive" de Black Mirror jaja